Esta residencia explora la fusión entre lo campirano y lo contemporáneo, reinterpretando la calidez de una casa de campo con una estética moderna y tecnológica.
Implantada sobre un terreno natural con pendiente, la vivienda se eleva del suelo para integrarse visualmente con el paisaje, generando una sensación de ligereza y conexión con el entorno.
Los volúmenes principales se articulan mediante un núcleo vertical que organiza la distribución interior y acentúa la composición. Grandes planos de cristal, estructuras metálicas expuestas y cubiertas ligeras aportan transparencia y precisión constructiva, mientras que los acabados en piedra y tonos terrosos evocan la textura y el color del lugar.
Una escalera curva escultórica conecta los niveles, acompañando el recorrido de luz natural y reforzando la idea de fluidez entre interior y exterior. Los amplios voladizos protegen las áreas habitables del asoleamiento, permitiendo disfrutar del paisaje durante todo el día.
El resultado es una propuesta que equilibra tecnología, naturaleza y confort, donde la estructura se convierte en parte del lenguaje estético y el entorno en parte de la experiencia arquitectónica.